¿Cuento, novela corta o novela?
En este ejemplar Pío Baroja, entusiasta del folletín, da rienda suelta a su afición por el género en estos cuatro relatos o novelas cortas.
El capitán Mala Sombra y La casa del crimen que podemos calificar de trama dramática. El primero es un relato bélico lleno de soldados con mucha ilusión y poco más, y con un final muy tauromático, una faena redonda vaya.
...“Por todos aquellos pueblos a la redonda hicimos requisa de ganado vacuno, con promesa de pagar a los ganaderos y a los Ayuntamientos. Sólo al marqués de Cerralbo le llevaron más de quinientas reses. Es posible que esto influyera en la familia para hacerla reaccionaria.” ...
El segundo mezcla la familia, el amor y el asesinato, donde un avaro comerciante se convierte en un mortificado asesino.
La dama de Urtubi, es una historia de amor, donde el caballero rescata a la dama de los sortilegios de las brujas de Zugarramurdi.
Y El horroroso crimen de Peñaranda del Campo, es farsa villanesca sobre un crímen que no es un crimen, donde el verdugo no quiere ser verdugo y el asesino no es asesino.
En la amplia introducción de Jesús Gálvez Yagüe |
"Aquelarre" de Goya (1798) |
n nos habla con detalle del origen de estos cuentos, de sus publicaciones y en definitiva, de este legado de pequeñas novelas, que nos deja Pío Baroja, uno de los grandes escritores del siglo XX perteneciente a la generación del 98. Inicialmente estudió medicina pero terminó abandonando esta profesión para bien de la literatura. Baroja es autor de una personalisima obra. En total, editó varios relatos en breves que publicó en las más importantes publicaciones periódicas de primero de siglo XX, y fue un habitual articulista y corresponsal de guerra, en variadas publicaciones de la época.
Este talentoso escritor cultivó sobretodo la novela, aunque hizo sus pinitos en teatro. Ejemplo es el cuarto relato de este libro.
En su "prólogo casi doctrinal sobre la novela" Baroja decía:
"¿Hay un tipo único de novela? Yo creo que no. La novela, hoy por hoy, es un género multiforme, proteico, en formación, en fermentación; lo abarca todo: el libro filosófico, el libro psicológico, la aventura, la utopía, lo épico; todo absolutamente. Pensar que para tan inmensa variedad puede haber un molde único me parece dar una prueba de doctrinarismo, de dogmatismo. Si la novela fuera un género bien definido, como es un soneto, tendría una técnica también bien definida."
Estas narraciones breves están llenas de ese humor socarrón y mordaz, que expresa el escepticismo barojiano. Su falta de fe en el ser humano se plasma en cada uno de sus personajes, brujas, bandidos, mujeres traicioneras, rufianes y pícaros, hace de estos relatos lectoras entretenidísimas. Es esa particular historia de España que pintó Baroja con tono agrio. Estaba convencido que la mejor higiene para este país sería convertir lo lúgubre en grotesco y poner un poco de ridículo.
Estos cuentos son además un concentrado de sus virtudes narrativas: un léxico que degrada la realidad a tono con el pesimismo del autor, esa sencillez y economía expresiva. Su simplificación narrativa tiene un ritmo ágil que junto con la brevedad de las historias, convierte al libro en una golosina.
Pío Baroja es de esos autores que aunque no hayas leído nada suyo, te suena el nombre y lo ubicas en el panorama de la literatura española. Lo más habitual es leer algo obligado en la escuela. Y ahora me voy a meter en camisas de once baras. En las lecturas escolares, en ESO o en la antigua BUP, es obligado leer a los clásicos españoles: Cervantes, Espronceda, Unamuno, Lope de Vega, Buero Vallejo o Baroja. Yo no sé de donde viene y quien hace la lista de estas lecturas obligadas para aprobar y sacar el curso adelante.
¿De verdad creen que con estos libros crearan el hábito de leer a los adolescentes? Cierto que en algunos institutos optan por Laura Gallego o Zafón, como lecturas complementarias y esto facilita un poco las cosas. Y no sé tu, pero mi recuerdo de estos clásicos es el aburrimiento, la paliza de lecturas que nos hacían leer. Luego pasa lo que pasa, que nos cuesta volver a los clásicos.
Una vez perdido el miedo, te das cuenta que hay que leerlos más a menudo. Que no esel libro, que no es el autor, que si los odiamos es porqué el lector es demasiado joven para apreciarlo.
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"Pelando la pava" de Bécquer (1863) |
LA PALABREJA: "pelar la pava" Segun la RAE: loc.verb. (coloq) Dicho de dos personas: conversar con intimidad e intención seductora, ellos desde la calle, ellas asomadas a rejas y balcones.
Las mozas aprovechaban para quitar las plumas al pvao o al pollo mientras eran cortejadas por el pretendiente, y cuando eran requeridas por la madre o el ama, respondían: ¡Estoy pelando la pava!, puesto que ésta era una actividad que requería de un tiempo.
Otra versión proviene de la actitud del joven que acudía a la cita con una guitarra o mandolina y que parecía una persona que sujectaba una pava con la mano derecha y con la izquierda parecía que la estuviera pelando.
ETIMOLOGIA: «pilare» del latín que significa sacar el pelo (pilus en latín)
«pavus» del latín que significa pavo real.
Volver a los clásicos, imprescindibles
Estas ediciones que recopilan diferentes cuentos o relatos, suelen ir acompañadas de buenas introducciones, como ya he apuntado más arriba. Ésta además lleva unas bonitas ilustraciones de Marina Arespacochaga.
Título: Cuentos de amor y muerte
Autor: Pío Baroja
Editorial: Libros Clan
Idioma original: Castellano
Año publicación original: 1919
Año publicación esta edición : 1998
Leí muchos libros de Baroja en mis veinte años y algo antes. Fueron años en que solo leía clásicos sobre todo del siglo XIX y primera mitad del XX. Yo ya tengo el vicio de leer desde mucho antes de que en el colegio hubiera lecturas obligatorias, pero coincido contigo en que las lecturas que les mandan a los chicos no son lo más adecuado para que cojan afición a los libros. Ahora bien, también depende del profesor porque si sabe hacerlo puede transmitir pasión y entusiasmo.
ResponderEliminarNo conocía estos relatos de Baroja que apunto sin dudar.
Un beso.
Cierto, depende mucho del profesor, para que te sepa contagiar su amor por los libros. Besos
EliminarHola Senyoreta, estoy totalmente de acuerdo contigo en tu última reflexión. A mí no me parece que tengamos que "obligar" a leer a los clásicos en el instituto. Yo leí el Quijote, que más o menos me gustó (la primera parte, que la segunda ya ni me acuerdo), y me obligaron a leer El árbol de la ciencia de Baroja que odié. No recuerdo nada de él salvo la mala impresión que me causó. Menos mal que ya era una gran lectora y eso no me quitó las ganas que si no...
ResponderEliminarAhora igual me atrevería a releerlo a ver qué me parece con los años...
Un besazo
Recuerdo el árbol de la ciencia como un verdadero tostón. Quizá sí toca releerlo. Besos
Eliminar¡Hola! Nunca he leído un libro de ese género y ahora tengo mucha curiosidad por conocerlo. Me ha llamado la atención El horroroso crimen de Peñaranda del Campo, pero ahora no estoy segura si es un crimen o no; igual tendré que leerlo para averiguarlo. Ufff, yo creo que eso de hacer leer clásicos en el colegio es una manera muy fea de matar el placer de la lectura.
ResponderEliminarVoy a tener en cuenta tu recomendación.
Besoss ♡
no te voy a contestar a si es un crimen o no. ;-)) A leerlo. Besos
EliminarLa dama de Urtubi sí la leí. Tengo una edición minúscula, que se regalaba con el periódico hace mil años. Me gustó. Qué rabia me da no dejarme enredar más por los clásicos y leer solo novedades. Algún día tengo que cambiar eso. Gracias por tu aporte. Tomo nota del resto de cuentos y qué curioso lo de pelar la pava. La expresión la conocía pero no sabía de dónde venía, jejeje. Besos, Isable.
ResponderEliminarDe eso se trata, de conocer un poco más la lengua castellana. Hay palabras con origenes muy curiosos. Besos
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