RESEÑA: El enigma de la habitación 622

¿Novela negra o novela rosa? Más que un thriller o novela policiaca, es un libro de enredos entorno a un asesinato. 

Dicen de Joël Dicker que es el niño mimado de la industria literaria. Tal vez sea así, pero sus novelas han ido de más a menos. Parece que con La verdad sobre el caso Harry Quebert llegó al cénit de su universo literario. Por suerte es muy joven y tiene mucho camino por delante.

 

En las primera páginas tienes que mirar otra vez la portada para cerciorarte que realmente es un libro de Dicker, porqué en seguida te das cuenta que no tiene el nivel de su primer best-seller.

… “Macaire notó que se le aceleraba el corazón, pero se esforzó por conservar la calma. Estaba claro que no podía contarle al policía lo que había sucedido de verdad ese día ni cómo Levovitch lo había condenado al silencio.” …

Y aunque tiene un argumento bastante bueno, con un clímax contínuo de los que no apetece dejar para luego, puede que ello haya hecho que olvide a sus personajes, poco trabajados y algunos completamente innecesarios. De ahí lo de novela rosa, porqué me sobran los flirteos de Dicker personaje de la novela, primero con su vecina, que no aporta absolutamente nada a la trama y despúes con Scarlett, su compañera de investigación, que realmente no sé qué pinta en toda la novela.

Porqué si un personaje se inmiscuye en una trama, esperas que aporte algo más que tan solo su presencia. De esta forma es cuando aparece la decepción. Y, para mi descontento, ésto ocurre demasiadas veces.

Alternando pasado y presente con acierto, con una estructura muy centrada y retorcida, no te da la sensación que los hechos hayan ocurrido hace sólo quince años. Lo de las princesas rusas, jovenes casaderas y hoteles suntuosos parece sacado de principios de siglo. Descoloca un poco el incidente de Madrid, que de poco sirve en la trama, todo hay que decirlo. Si la idea de este episodio era situar al personaje de Macaire, creo que Dicker se podía haber estrujado un poco más el cerebro y encontrar otro episodio más acorde con la época en la que parece que se desarrolla toda la historia y no sacarlo de las montañas de los Alpes suizos.

Lo que más me gusta es el punto de egolatría: él es uno de los protagonistas, el investigador del asesinato. En muchos de los diálogos insípidos con su partenaire, explica el porqué de sus novelas. Parece que necesite justificarse como escritor de best-sellers. Es como si supiera que ésta no va a ser su mejor novela.

... “La gente suele creer que para empezar a escribir una novela hace falta idea. Cuando en realidad la novela nace, antes que nada, de un anhelo: un anhelo de escribir. Un anhelo que te entra y que nadie puede evitar, un anhelo que te distrae de todo lo demás. Ese deseo de escribir yo lo llamo la enfermedad de los escritores. Ya se le puede a usted ocurrir la mejor intriga para una novela que, si no anhela escribirla, es como no tener nada.” …

La verdad es que me hubiera gustado un poco más. De final predecible, es de esas novelas que, una vez terminadas, hechas en falta muchas cosas. Te apetecería que se hubiera desarrollado de otra forma, con un poco más de chicha. Es un homenaje a su editor, recientemente fallecido, Bernard de Fallois. Un buen detalle. 

A pesar de la decepción y que no me haya gustado mucho, me lo he pasado bien leyendola. Hay veces en que te lo único que te apetece es ver una sencilla película para distraerte. No es que el libro sea malo, pero es bastante insulso.

 

Título: El enigma de la habitación 622 (L'énigme de la chambre 622)

Autor: Joël Dicker

Editorial: Alfaguara

Idioma original: francés

Idioma traducción: español

Traductor: Maria Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego

Páginas:  619

Año publicación original: 2020

Año esta edición: 2020