RESEÑA: El molino del Floss

 

Destinos desiguales para Maggie y Tom, sólo por el hecho de ser de distinto género.

Estamos ante otra obra feminista escrita a mediados del siglo XIX. Otra clásica novela inglesa inscrita en lo que, aludiento al reinado de su época se viene llamando literatura victoriana.

Contextualizada en la Inglaterra rural, el pueblo de Saint Ogg's, donde se encuentra el molino de los Tulliver a la ribera del Floss, está sumido en la mentalidad provinciana y en las reglas sociales características de la época. Las normas, las costumbres y los comportamientos que se describen en el libro, se analizan, se critican, y se ironiza sobre ellos de manera sutil e inteligente.

… “La situación del señor Tulliver no era nueva ni sorprendente pero, como en otras cuestiones cotidianas, sin duda tendría un efecto acumulativo que se percibiría a largo plazo: se le tenía por hombre mucho más acaudalado de lo que era en realidad. Y como tendemos a creer lo que el mundo cree de nosotros, solía pensar en el fracaso y la ruina con la misma piedad remosta que siente un hombre enjuto y cuellilargo al oír que su pletórico vecino cuellicorto ha sufrido una apoplejía.” ...

Hasta aquí el argumento podría ser de cualquiera de las novelas de Jane Austen, más románticas y burguesas, en las que había una inquietud por despojar las reglas sociales de la hipocresía y el cinismo más rancios y caducos. Pero Eliot no se limita a desarrollar esos conflictos, sinó que toma partido en su condición de persona (mujer o no mujer). En sus novelas analiza e interpreta desde un realismo estricto la vida social, expone sus ideas seguidas de pautas de actuación, lanzando mensajes con clara intención socializadora y anuncia su objetivo de aspirar a ocupar en la sociedad el puesto que cree merecer.

Pero esto es sólo una visión superficial de la novela. Si profundizamos más, encuentramos la impronta de su autora como profunda estudiosa de los sentimientos humanos. Aborda el modo de vida y las costumbras de la sociedad inglesa en una época que transita lentamente de las viejas tradiciones rurales al descarnado mundo de la revolución industrial. 

Eliot lo hace poniendo de manifiesto los odios, rencores, disputas familiares, habladurías, diferencia de clases sociales, buen nombre de la família y tradiciones. Y lo hace con unos personajes secundarios, que tiene muy estudiados psicológicamente, a los que ya hace aparecer en uno de los primeros capítulos en forma de reunión familiar, los tios y tias de Maggie y Tom, o lo que es lo mismo las hermanas de la Sra. Tulliver.

… “No se puede evitar la deshonra de la familia comprando teteras -declaró la señora Glegg-. Nuestra vergüenza es que un miembro de la familia se haya casado con un hombre que t'ha llevado a la mendicidad. Nuestra vergüenza es que van a vender sus bienes en pública subasta. No podemos impedir que todo el mundo lo sepa.” ...

Resulta curiosa y me gusta mucho la forma en que la autora habla con nosotros, los lectores. Elabora conversaciones, te hace preguntas, te implica directamente en la historia haciendo que te posiciones, llegando al punto de recriminarte que pienses de una determinada manera diferente a lo que ella quería dar a entender.

… “Bien sabes, lector, que los caballeros tienden a hacer imprudentes confidencias negativas a las damas sobre otras mujeres más hermosas que ellas. Así es como muchas mujeres disfrutan con el conocimiento de que las damas hermosas disgustan en secreto a los hombres que se han sacrificado cortejándolas apasionadamente.” ...

Eliot se inspira en los recuerdos de su vida creando a Maggie, uno de los mejores personajes que jamás he encontrado en una novela, y el mejor (según dicen) de Eliot. Es una mujer sensible, inteligente, impulsiva, sagaz, romántica y leal, que se encuentra encerrada en un ambiente vulgar y provinciano y que se ve relegada en favor de su hermano, por el cual siente un amor incondicional, pese a los desaires de éste hacia ella. Maggie está en una constante lucha entre alcanzar la felicidad y mantener los lazos y el honor con su familia. Es diferente a las demás, destaca incluso por sus rasgos físicos, morena, alta y de ojos oscuros, completamente diferente al prototipo de la época. Su hermano Tom es fuerte, racional y sensato, con un alto sentido de la justicia y del deber. Son los típicos estereotipos de género que más se resaltan en este libro.

… “Tom, como habrá advertido el lector, era un personaje radamantino y su sentido de la justicia era mayor que el de otros chicos: una justicia que desea infligir daño a los culpables en la medida en que lo merecen y que no se altera por las dudas en relación con la exacta medida del castigo.” ...

A pesar de la inteligencia  natural de Maggie, es Tom, por ser varón, quien recibe la educación y en quien el padre de ambos confía para hacer frente al futuro del molino. Preciosa la sencillez de la autora para plantearnos las dificultades de la mujer en este sistema tan marcadamente patriarcal.

En definitiva, vas a reirte de y con las tias, vas a llorar con Philip, vas a detestar a Stephen, vas a maldecir a Tom por su carácter tan estricto, vas a enamorarte de la dulcura de Lucy y vas a reir, llorar, detestar, recriminar y enamorarte de Maggie. Vas a comprenderla y a indignarte con ella, y vas a perdonarla y a quererla.

Y el final, qué decir del final sin revelar nada. Solo decir que es de lo más inesperado, la sorpresa es mayúscula. 

George Eliot, o lo que es lo mismo, Mary Ann Evans, es una de las autoras inglesas más relevantes, y esta novela, una joya. Vaya, que no me estraña que esté entre los 100 imprescindibles del catálogo de Penguin.

TítuloEl molino del Floss(The mill on the Floss)

AutorGeorge Eliot

EditorialAlba Editorial

Idioma originalinglés

Idioma traducciónespañol 

TraductorCarmen Francí

Páginas:  558

Año publicación original1860

Año esta edición2019 (primera edición)

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