RESEÑA: Viejas historias de Castilla la vieja

 

Una pequeña maravilla, ya que nadie más que Delibes sabe lo que es escribir sobre Castilla, en un lenguaje puro y alejado de toda retórica.

¿Quién no conoce a Miguel Delibes? Es de esos autores que aunque no hayas leído ningún libro suyo o no lo ubiques en el tiempo, sabes quién es: uno de los grandes de la literatura española del siglo XX.

Ya su primera novela La sombra del ciprés es alargada obtuvo el premio Nadal en 1947. Y que contaros de sus grandes obras Las Ratas, Cinco horas con Mario, El disputado voto del señor Cayo o la espectacular Los Santos Inocentes. 

El libro que he leído recientemente (y porqué no decirlo, de una tajada) y del que te traigo la reseña, está compuesto por dos historias que se encuentra en un espacio intermedio entre el cuento y la novela, la primera es un relato corto escrito en 17 capítulos, que lleva el mismo título del libro, y la segunda La caza de la perdiz roja, es otra pequeña joya en la que leemos un diálogo claro y bello entre el Barbas y el mismo Delibes en que, mientras hablan de que la caza al ojeo de señoritos tiene su versión popular en la caza al ganchito, salen a cuento las divisas, la modernidad de las máquinas, la falta de paciencia, los toros y los cotos de caza. Todo un tratado sobre la caza de la perdiz roja y la época franquista.

        ...“No basta que la presa sea apetitosa para despertar la satisfacción cinegética; es preciso, además, que el animal sepa defenderse y que no debilitemos esas posibilidades defensivas mediante una estrategia alevosa. La satisfacción que procura derribar desde un jeep una perdiz a peón es muy modesta al lado de la satisfacción que depara derribarla tras accidentada persecución por una ladera.” ...

De fácil lectura, Viejas historias de Castilla la Vieja, nos cuenta la historia de un chico que al emigrar a la ciudad pretende sin conseguirlo, ocultar su procedencia pueblerina, pero con el tiempo añora sus origenes y vuelve al pueblo. Es el me doy cuenta de lo que tenía cuando no lo tengo, de la identidad perdida.

Y es a través de Isidoro y sus recuerdos de la vida pasada en el pueblo, que el escritor vallisoletano, con pequeñas historias llenas de ironía, sutileza y sensibilidad, recoge y registra el fenómeno migratorio con amor por las formas de vida hoy casi desaparecidas.

        ...“Y empezé a darme cuenta, entonces, de que ser de pueblo era un don de Dios y que ser de ciudad era un poco como ser inclusero y que los tesos y el nido de la cigüeña y los chopos y el riachuelo y el soto eran siempre los mismos, mientras las pilas de ladrillo y los bloques de cemento y las montañas de piedra de la ciudad cambiaban cada día y con los años no restaba allí un solo testigo del nacimiento de uno, porque mientras el pueblo permanecía, la ciudad se desintegraba por aquello del progreso y las perspectivas de futuro.” ...

Con una riqueza y naturalidad prosaica contundente, demuestra su gran conocimiento del entorno geográfico castellano y como siempre ha estado al corriente de lo que ocurre en el marco de su tierra natal como es la vida en el pueblo: las siembras, las matanzas, las fiestas o el cuidado de la tierra.

Decía el mismo Delibes de su novela: "Tan pronto terminé aquellas historias –en apenas una semana– advertí una cosa: aquel medio centenar de páginas decían más que ningún otro libro mío sobre lo que era Castilla y lo que eran los castellanos. El paisaje árido, sus habitantes, las costumbres, los secretos del campo, las siembras de año y vez… cabían en cuatro líneas y no necesitaban mayor explicación".

Delibes, junto con su consciencia crítica e implicación con el desarrollo del mundo rural, nos maravilla con una prosa fértil, precisa y natural, carente de preciosismos literarios pero con una riqueza de vocabulario desbordante llena de intencionalidad, (he recurrido varias veces al diccionario con palabras como semicorbato, almorrón, cárcava o expresiones como eficacia palmaria y echarse al coleto). Geniales las frases hechas que usa, como por ejemplo: "Para comer peces todavía era necesario mojarse el culo" y "El confitero no come caramelos ni paladea el farmacéutico pastillas para la tos".

Una lectura que reproduce todo el aroma 
de las cosas verdaderas y esenciales.

Y me termino la reseña castellanamente, como se despide el Barbas de Miguel Delibes:
- Con Dios.


TítuloViejas historias de Castilla la Vieja
Autor: Miguel Delibes
Editorial: Ediciones Destino
Idioma original: Español
Páginas:  101
Año publicación original: 1964
Año publicación esta edición: 1981


    







Comentarios

  1. Oh, me encanta Delibes. Este no lo he leído. En realidad, me quedan muchos libros del autor por leer. Tomo nota, para más adelante. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En este libro supo plasmar muy bien todo lo relativo a Castilla y la caza, como gran apasionado y conocedor que fue del mundo rural. Si te gusta Delibes lo vas a disfrutar mucho. Una pequeña joya.

      Eliminar
  2. ¡Hola!
    Ne he leído aún a Delibes, apunto tu sugerencia para empezar a conocer su pluma.
    Sin duda que el autor fue un defensor de la vida rural, imagino que por tal motivo una gran parte de sus obras estuvieron ambientadas en ese entornos.
    Gracias por la recomendación ;)
    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay que leer a Delibes, aunque solo sea una vez en la vida. Pero estoy convencida que si coges alguno de sus libros, leerás otro, y otro, y otro. Besos

      Eliminar
  3. Hola.
    Este libro lo voy a dejar pasar, no me llama mucho y ademas tengo demasiados pendientes y quiero centrarme en ellos. Gracias por la reseña.
    Nos leemos.

    ResponderEliminar
  4. Un magnífico libro de viajes en el que Delibes muestra su pasión por la naturaleza, la caza y la pesca, así como lo que significa para él el progreso. Para disfrutarlo, como toda su obra. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nada más que añadir a lo que dices. Gracias por comentar. Besos

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

SEAMOS SEGUIDORES

RESEÑA: La maldición de Ra

RESEÑA: Matar es facil