RESEÑA: Mil millas Nilo arriba

VIAJAR es de esas respuestas que damos la mayoría de los mortales cuando nos preguntan por nuestras aficiones, además de LEER, por supuesto. Y añadimos que ojalá pudieramos hacerlo más, ya sea por falta de dinero o tiempo.
Hay una otra cosa que personalmente me place CASI tanto como viajar, y es hacer los preparativos para el viaje. Buscar en Internet las maravillas del lugar decidido, los hoteles donde alojarse, las curiosidades del lugar o calcular el tiempo de la estancia, son aspectos de la preparación que para mi no tienen desperdicio.
Pero hay otra forma de viajar, y es hacerlo sin preparativos, espontaneamente, a la aventura.
Y esta es la fantástica aventura que vivió la autora en Egipto

Periodista, activista, viajera, ilustradora, tiradora de pistola, compositora y cantante, aficionada a la equitacion y a las matemáticas, Amelia Ann Blanford Edwards, es conocida sobre todo como egiptóloga y como autora de El Carruaje Fantasma.

Parece ser que cansada del mal tiempo de Inglaterra, con 42 años decidió cuidar de su salud buscando el sol en el sur de Francia, pero tropezó con dias de lluvia y humedad, con lo que pensó en bajar un poco más. 
Y llegó a Egipto, por casualidad. Y no solo por una semana, como las travesías por el Nilo que nos ofrecen en las agencias de viajes, Edwards alquiló una dahabiya, una embarcación de pasajeros a vela que navega por el Nilo, y estuvo tres meses en el país, lo que le dió una imagen bastante más nimia de todo lo que contempló.

       ..."Me quedo una vez más entre las poderosas columnas, arropadas en sombras envolventes y anchas franjas de luz. Las veo esculpidas y pintadas con sus figuras de dioses y reyes, con sus blasones de los nombres reales, con sus altares de sacrificios, sus formas de animales sagrados, y sus símbolos de sabiduría y verdad." ...

Pero para Edwards no se trató de una moda sinó que desarrolló una verdadera pasión por la egiptología, a la que dedicó buena parte de su vida posteriormente. Consciente del deterioro de muchos monumentos y la expoliación de piezas de gran valor, creó la Egypt Explorations Fund, impartió conferencias en EEUU y dotó de dinero para becas y cátedras dedicadas al estudio de todo lo egipcio. Hoy en día en el University College, la cátedra de egiptologia sigue llevando su nombre.

De ahí
 sus meticulosas descripciones en todo el libro, y es un libro largo, con 22 capítulos y 5 apendices. Eso sí, con ilustraciones preciosas hechas por la misma autora, que lo hacen más llevadero. Y es que se puede pasar páginas enteras narrando como es el templo, sus columnas, sus salas y sus jeroglíficos. Te desgrana Egipto piedra a piedra, por eso a veces te saturas de tanto templo, tantos Dioses, tanta piedra. Esto no es una novela, es un diario de viaje y un documento del antiguo Egipto. Tal como dice Ampère en el prólogo:

       ..."El relato de aventuras de Amelia Edwards es soberbio, porqué nos informa con tal viveza de lenguaje, que a menudo llenan de placer al lector, con tal erudición que casi asusta y con tal pasión por el detalle, que la obra es de un valor histórico incalculable." ...

¿Cómo no asustarse o aburrirse leyéndolo? Sientiendo verdadera pasión por todo lo egipcio o reviviendo el viaje. Los que hemos tenido la suerte de ver los mismos lugares que la autora, hemos disfrutado con esas descripciones, pero entiendo que aunque lo hayas visto, si no te gusta mucho el tema, pueda llegar a aburrir con tanta minuciosidad y así dejar de apreciar su valor.

Me parece maravilloso como la autora pone nombre a sus compañeros de travesía. Ella misma se escribe como La Autora, que viaja acompañada de su amiga L, luego está la Pareja Feliz que no hace falta ser muy ducho para deducir que se trata de una pareja de recién casados, el Pintor, el Hombre Ocioso, o las M.B.
¿Puede que sea para guardar el anonimato? 

Leer a Mil millas Nilo arriba, me ha hecho recordar el sol abrasador de Nubia, el trajín de la población local, los mercaderes con sus pequeños timos, el excelente aspecto de sus verduras, el polvo, los olores a especias, y revivir el dolor de barriga horrible que sufrí cuando estuve en Abu Simbel.

Lo que sí que me gustaría es volver, siempre he dicho que repetiría el mismo viaje. Y ojalá lo pudiera hacer de la misma forma que Edwards. En mi mano está el tema del dinero y el tiempo, pero lo que ya no tiene remedio es sentarse a los pies de Ramses II en Abu Simel, entrar de noche en un templo, tocar las pinturas de una tumba, llevarse un pedazo de cerámica o subir a la gran pirámide.

       ..."Mis árabes (...) se mostraban encantados con ello. Les pregunté que por qué no tallaban escalones en los bloques para que el ascenso (de la pirámide de Gizeh) fuera más fácil para las señoras. La respuesta fue pronta y honrada. "No, no, Mademoiselle! Árabes muy estúpidos para hacer éso. No quieren más árabes para ayudar a subir, y hombre árabe no gana dólares!". ...

Edwards en la Gran Pirámide. Fuente Libray of Congress
Durante la época victoriana todo lo exótico estaba de moda, tanto lo que venía de Asia como lo que venía de África. La compañía Thomas Cook organizaba viajes para que los ingleses montaran en camellos con sus bombines y vestidos largos y se subieran a la pirámide de Gizeh, puesto que no fue hasta finales de la década de 1990 que todo esto se prohibió, casi debo decir que por suerte.

       ..."Lo cierto es que la mera visita turística del Nilo requiere un poco de lectura y organización, aunque sólo sea para disfrutarla. No todos podemos ser profudamente expertos, pero al menos podemos esforzarnos para entender aquello que vemos." ...


LA PALABREJA: dahabiya

Según la RAE: 
Esta palabra no aparece en la RAE.

Una DAHABIYA, también conocida como una dahabeya o dahabeah, es una embarcación de pasajeres usiada en el río Nilo en Egipto. El término es empleado normalmente para describir una nave del tipo barcaza, de casco plano y de una o dos velas.

ETIMOLOGIA: 
del árabe: «dahab» que significa oro, que junto con el sufijo«iya» que indica femenino y cosas inanimadas, cambiando el significado de dorada a una simple cosa dorada. Las dahabiyas solían estar extragavantemente decoradas con oro.
En árabe ذهبية 


CURIOSIDADES: Para los turistas fue la forma más común de viajar Nilo arriba y abajo hasta el 1870. Por ejemplo en 1858, un viaje de 40 días de El Cairo a Luxor costaba 110 libras.
Hacia 1900, los trenes habían comenzado a competir con los barcos de vapor, y las dahabiyas se reservaron solo ópara los viajeros más ricos y acomodados.
Hoy en día se pueden hacer los típicos cruceros por el Nilo en tres grandes tipos de barcos, en dahabiyas y en falucas, embarcaciones tradicionales a vela, y en motonaves, más modernas y más usadas puesto por los turistas.

     Vida, literatura y viaje, todo en Edwards

Este fue un libro que encontré en el blog de Nitocris, Un libro en un Tris, y pese a que es un libro largo, y excesivamente minucioso, me alegra mucho el tenerlo en mi biblioteca y haberlo leído.



Título: Mil millas Nilo arriba (A Thousand miles up the Nile)

Autor: Amelia B. Edwards
Editorial: Editorial Alderabán
Idioma original: inglés
Idioma traducción: Castellano
Traductor: Rosa Pujol
Páginas:  464
Año publicación original: 1877
Año publicación esta edición : 2013
 

   
   



Comentarios

  1. Hola Senyoreta, me alegra mucho ver que te apuntaste el libro y al final lo has leído y disfrutado. Es verdad que hay ocasiones en que es demasiado minuciosa con los detalles, pero si lo lees de a poquitos se acaba disfrutando. A mí también me apetece volver a viajar a Egipto, también me gustaría hacerlo con la Edwards, jeje, a ver si algún día podemos realizar el sueño.
    Un besazo

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    Respuestas
    1. Cierto, se disfruta más a pequeñas dosis. Estaría bien hacer este viaje en esos tiempos, je je. Besos

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