RESEÑA: La señora Potter no es exactamente Santa Claus
Editorial: Random House
Idioma original: Castellano
Páginas: 608
Año publicación: 2021
¿Por qué este libro?
Premio "Las librerías Recomiendan 2021 de ficción", premio "Finestres de Narrativa en Castellano 2021", premio "El ojo crítico de narrativa 2021", premio "Kelvin 505 a mejor novela original en castellano publicada por primera vez en España en 2021", mención especial "Premis ciutat de Barcelona 2021", uno de los mejores libros del año según La Vanguardia, ABC y EL Mundo.
"Brillante, absurda, la primera obra maestra de una Nueva Era. Puro talento".
Y personalmente, a parte de las inmejorables críticas, me cautivó el título.
Una vez leída, no entiendo tanta maravilla. Me ha costado horrores terminarla. El libro en sí es grande, con lo que las páginas se hacían interminables, los capítulos largos, y con más de 600 páginas te parece que no avanzas nada, porqué a parte que se me hacía pesada, no me apetecía nada ponerme a leerla.
Es un libro absurdo, al que no le he encontrado nada que me guiara en su lectura. Una ciudad fria llena de nieve, Kimbrely Clark Weymouth, y que inicialmente me creó un buen horizonte puesto que me recordó esa gran serie «Doctor en Alaska», que disfruté mucho, con un montón de personajes, cada cual más raro e irreconocible.
Dicen asombrosa y exigente. Sí, asombrosa porqué no sabes por donde agarrarla, y exigente, también por lo que cuesta leerla.
Dicen derroche de imaginación y personalidad, pues también porqué imaginativa sí que es aunque sin ton ni son.
Me ha costado mucho ubicarme en los múltiples personajes, cada cual más estrambótico, todos con nombres ingleses, necesitaba un plano para saber quien era quien, si era hombre o mujer, y eso hacía que me perdiera constantemente en sus acciones.
Si me preguntas de que va el libro sólo te puedo decir que de un pueblo y sus habitantes. ¿Y qué más? ¿Qué les pasa? Pues no lo sé, no hay ningún hilo argumental, es una historia absurda, medio mágica y para mi exenta de profundidad. A lo mejor es lo pretendía la autora, pero si es así, a mi no me ha calado.
La forma en que está redactado es lo único que puedo decir que me ha sorprendido para bien. Laura Fernández usa un texto acelerado, plagado de paréntesis, mayúsculas, cursiva y onomatopeyas. Es como si un pensamiento sin orden ni concierto (como habitualmente funciona nuestra mente pensante), se plasmara en el papel.
Sinceramente, no puedo decir que sea un mal libro, es un libro diferente, pero se me ha hecho extremadamente pesado y latoso. Estoy convencida que con 500 páginas menos mi opinión hubiera sido muy distinta.
Y siento mucho dar esta opinión de un libro que estoy convencida está escrito con gran esmero y cariño, porqué se nota.
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