RESEÑA: El amante de lady Chatterley
SINOPSIS DE LA EDITORIAL
En una Inglaterra convencional y puritana, el escándalo y la polémica acompañaron a la novela desde su publicación en Florencia en 1928. Una mujer aristócrata, de vida refinada, casada con un noble lisiado de guerra, inicia una relación sexual con un guardabosques, sin educación, cuya vida se mueve por energías primarias e instintivas. No sólo el tratar el sexo explícitamente supondría una reacción muy negativa por parte de la censura, sino también el hecho de que el autor planteara abiertamente, como en muchas otras de sus obras, el "problema" que supone atreverse a romper las barreras de clase por parte de una mujer.
Editorial: Unidad Editorial
Idioma original: Inglés
El amante de Lady Chatterley es una novela que llega precedida por su fama de escándalo, pero que, leída hoy, se sostiene sobre todo por la profundidad de sus personajes y por los temas que plantea. Más allá de lo explícito, D. H. Lawrence construye una reflexión incómoda sobre el deseo, el cuerpo y la desconexión emocional dentro de una sociedad rígida y profundamente clasista.
La historia gira en torno a Constance Chatterley, atrapada en un matrimonio vacío con Clifford, marcado por la invalidez física y una frialdad emocional que va más allá de lo circunstancial. Frente a él aparece Mellors, el guardabosques, un hombre vinculado a la naturaleza y al cuerpo, que representa todo aquello que el mundo aristocrático e industrial ha ido relegando. Entre ellos se establece una relación que no es solo amorosa o sexual, sino también una forma de resistencia.
La novela puede resultar algo pesada en determinados momentos. Lawrence se detiene largamente en reflexiones que a veces se alargan más de lo necesario, y el contexto histórico —la minería, los obreros, la cercanía a la revolución industrial— puede sentirse hoy parcialmente desfasado. Aun así, no llega a convertirse en un obstáculo real para la lectura.
El libro envejece mejor de lo que cabría esperar porque muchos de los temas que aborda siguen siendo plenamente actuales. Especialmente vigente resulta su mirada sobre la feminidad y el deseo femenino dentro de las relaciones sexuales. Lawrence da voz a una mujer que toma conciencia de su cuerpo, de su placer y de su derecho a desear, una perspectiva que todavía hoy conserva fuerza y relevancia.
Los personajes son uno de los grandes aciertos de la novela. Están construidos con profundidad y coherencia, y sostienen la narración incluso cuando el discurso se vuelve más denso. Gracias a ellos, la historia mantiene su interés y su peso emocional.
El amante de Lady Chatterley es un buen libro, exigente, a ratos excesivo en su carga reflexiva, pero valioso. Una lectura que invita a pensar en cómo nos relacionamos, en el lugar que ocupa el cuerpo en nuestras vidas y en cuánto de humano se pierde cuando se impone la rigidez social.



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